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Recoger de ese amor las cenizas y después arrojarlas al viento y saber que no queda de ti que no queda de ti ni siquiera el recuerdo

Oye bajo las ruinas, de mis pasiones y en el fondo de esta alma que ya no alegras entre polvo de ensueños y de ilusiones brotan entumecidas mis flores negras

A quién engañas abuelo, yo sé que tú estás llorando ende que taita y que mama, arriba tán descansando nunca me dijiste cómo, tampoco me has dicho cuándo

Si supieras que aún dentro de mi alma conservo aquel cariño que tuve para ti Quién sabe si supieras que nunca te he olvidado volviendo a tu pasado

El día que me quieras las rosas que engalanan se vestirán de fiesta con su mejor color Y al viento las campanas dirán tu amor y el mío

Adiós muchachos, compañeros de mi vida barra querida de aquellos tiempos me toca a mí hoy emprender la retirada debo alejarme de mi buena muchachada

Jazmines en el pelo y rosas en la cara airosa caminaba la flor de la canela Derramaba lisura y a su paso dejaba aromas de mixtura que en el pecho llevaba

Y todo a media luz crepúsculo interior qué suave terciopelo la media luz de amor Corrientes tres, cuatro, ocho segundo piso, ascensor no hay porteros ni vecinos

Pobre de mí porque al quererla, me malquería Ay, qué agonía, pobre de mí ser malquerido aún así, de noche y día, vive conmigo