Libertad Lamarque

Adiós muchachos, compañeros de mi vida barra querida de aquellos tiempos me toca a mí hoy emprender la retirada debo alejarme de mi buena muchachada

Y todo a media luz crepúsculo interior qué suave terciopelo la media luz de amor Corrientes tres, cuatro, ocho segundo piso, ascensor no hay porteros ni vecinos

Quiero verte una vez más aunque me digas que ya todo terminó y es inútil remover las cenizas del amor

Ellos sólo la rodeaban de placeres infinitos cuando en torno de su silla la aturdían con sus gritos abuelita, qué horas son

Y por eso tengo el alma como el alma primorosa del cristal, del cristal Amo, lloro, canto, sueño con claveles de pasión con claveles de pasión

Nostalgia de escuchar su risa loca y sentir junto a mi boca como un fuego su respiración Angustia de sentirme abandonada y pensar que otra a su lado