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Arráncame la vida y si acaso te hiere un dolor ha de ser de no verme porque al fin tus ojos me los llevo yo

Yo vendo unos ojos negros ¿Quién me los quiere comprar? Los vendo por hechiceros porque me han pagado mal

La quiero porque la quiero porque me nació quererla la quiero con toda el alma aunque ella a mí no me quiera

Malagueña salerosa besar tus labios quisiera besar tus labios quisiera malagueña salerosa

Si pasas por San Gil, amigo mío por las bravas tierras de Santander ahí tu paso al detener admirarás al Fonce en su raudo transcurrir

Sombras nada más acariciando mis manos sombras nada más Quisiera abrir lentamente mis venas mi sangre toda vertirla a tus pies

Cuentan que hubo un pescador barquero que pescaba de noche en el río que una vez con su red pescó un lucero y feliz lo llevó, y feliz lo llevó a su bohío

Fumar es un placer genial, sensual Fumando espero al hombre a quien yo quiero tras los cristales de alegres ventanales

La Sombrerera, Chaparraluna que se viste de seda y sus soliloquios son con la luna cual la palmera, alta y flexible al igual que sus cielos siempre serenos e indefinibles