Pedro Infante

Yo sé que aunque tu boca me enloquezca besarla está prohibido, sin perdón y sé que aunque también tú me deseas hay alguien interpuesto entre los dos

A través de las palmas que duermen tranquilas la luna de plata se arrulla en el mar tropical y mis brazos se extienden hambrientos en busca de ti

No me platiques ya lo que debió pasar antes de conocernos sé que has tenido horas felices aún sin estar conmigo

Qué dicha es tenerte así, mi cielo sintiendo tu corazón latir bebiendo con ansiedad tu aliento sintiendo tu corazón latir

La negra noche tendió su manto surgió la niebla, murió la luz y en las tinieblas de mi alma triste como una estrella brotaste tú

Bendito Dios, porque al tenerte yo en vida no necesito ir al cielo, mi luz si alma mía, la gloria eres tú

Yo ya me voy al puerto donde se halla la barca de oro que debe conducirme Yo ya me voy solo vengo a despedirme adiós, mujer adiós, para siempre adiós

Al golpe del remo se agita en las olas ligera mi barca al ruido del agua se ahonda mi pena y solloza mi alma

Guitarras lloren guitarras violines, lloren igual no dejen que yo me vaya con el silencio de su cantar