Mírame bien y escucha de mis labios cuatro palabras que son mi razón ya no te quiero, ya no te quiero perdóname y adiós

Ay, yo vivía para ella
ella vivía para mí
todo lo mío era de ella
y lo de ella para mí

Gentil y bella, sencilla y adorable
linda y graciosa como una flor
omnipotente en sus formas palpitantes
risueña como el ángel del amor

He pintado un corazón en el árbol del jardín y tu nombre está en mi libro de latín me vigilas desde mis cuadernos, ¿qué será de mí? Dulces besos, caramelo dulces besos, y tu pelo dulces besos, para soñar

Acuérdate de Acapulco de aquellas noches María bonita María del alma Acuérdate que en la playa con tus manitas las estrellitas las enjuagabas

Dame el fuego, dame, dame el fuego dame el fuego, dame, dame el fuego dame el fuego, dame, dame el fuego dame el fuego de tu amor

Cuando pase el tiempo y mi voz se apague muy calladamente yo te cantaré Cuando estemos viejos dulce novia mía tu cabeza blanca tendrá en cada cana una bendición

Usted es la culpable de todas mis angustias y todos mis quebrantos Usted llenó mi vida de dulces inquietudes y amargos desencantos

Aunque me cueste la vida
sigo buscando tu amor
te sigo amando, voy preguntando
dónde poderte encontrar