Odilio Gonzalez

Oh, Dios, noble madrecita
ay, madrecita, parto hacia tierras lejanas
llevo una pena en el alma
llevo una pena en el alma

Madrecita del alma querida
en el pecho yo llevo una flor
no te importe el color que ella tenga
porque al fin tú eres, madre, una flor

Pero Dios me la quitó tan lejos se la llevó bendito hombre a un recóndito confín yo que era su serafín quede como la balanza y a ver si a mi madre alcanza yo elevo mi volantín

Hermosa vieja del alma qué solita te has quedado el nido que tanto amaste tus pichones han volado

Cuántas noches, madre mía te desvelaste por mí permíteme en este día seguir brindando por ti Es tu nombre entre mis labios un santuario de oración

Recuerdo el arbolito donde te esperaba tan triste y solitario que hoy estará Que mucho lo recuerdo con todo el cariño donde te besaba con loca ansiedad

Quién le dirá que sin ella me muero que por ella me desvelo desde que su amor perdí Dónde estará la prenda que prefiero la que adoro y que quiero con loco frenesí

Oye esta canción que lleva alma, corazón y vida estas tres cositas nada más te doy Porque no tengo fortuna estas tres cosas te ofrezco alma y corazón y vida y nada más

Te duele saber de mí
amor, amor qué malo eres
quién iba imaginar que una mentira
tuviera cabida en un madrigal