(Hablado:
Esta es la historia de un muchacho
Que un día al terminar uno de nuestros conciertos
Se nos acercó y nos dijo:
“Yo soy seguidor de ustedes
Su vida es muy diferente a la mía
Ustedes cantan sus canciones y yo trabajo cargando ladrillos
Pero cuando los escucho cantar, pienso que somos lo mismo
Perdonen, ustedes, el atrevimiento
Pero ustedes, que vienen y van
Quizás me puedan ayudar”
Y secándose una lágrima en el ojo
Y echando mano a su bolsillo
Esto fue lo que nos dijo)
Lleven esta carta a mi mamá
Quizás pronto usted cantará en mi pueblo
Yo no tengo conocidos ni parientes
Sé que usted comprenderá
Mi osado atrevimiento
Mi pueblito es colonial y pintoresco
Sus calles son de tierra, no hay cemento
En la plaza hay una imagen de San Judas
A la cual me encomendé
Cuando me vine a esta aventura
Por la calle principal está su casa
Es distinta de todas las demás
Ahora tiene techo de concreto
Está pintada de azul
Casi como el mismo cielo
(Hablado:
Efectivamente, estaba escrito en el destino
Que nuestra música siguiera ese camino
Y llegara hasta ese pueblo
Fue muy fácil ubicar aquella casa
Que era la más triste y pobre de todas
Me abrió la puerta una viejecita
Que apenas en pie se sostenía
Y con cierta incertidumbre
Y un vejo en su mirada, me dijo
“Dígame, señor”)
Señora, buenas tardes, mis respetos
Su hijo me dio algo para usted
Es una carta de la cual aquí le entrego
He cumplido mi promesa y mi camino seguiré
Me di la vuelta y la señora interrumpió
“Usted, disculpe la molestia” y me miró
“No sé leer porque nunca tuve escuela
Sé que usted comprenderá, léamela, por favor”
(Hablado:
“Claro que sí, señora, con mucho gusto
Octubre 13 del 2012
Los Ángeles, California, 8:59 de la noche”
Esto es lo que decía aquella carta…)
Madre querida, no sé por dónde empezar
Comenzaré diciendo que te extraño
Extraño las tortillas que me hacías
Extraño tus regaños, extraño tu comida
Acá mi vida es, como siempre, una rutina
Tengo dos chambas y a veces no me la acabo
Pero no importa que me mate trabajando
Pa’ que no les falte nada, pa’ que no anden batallando
Precisamente, hoy se cumplen 13 años
De aquella tarde que me vine pa’l gabacho
Sus bendiciones sí surtieron el efecto
Dale gracias a mi viejo, sí sirvieron sus consejos
Madre querida, mi viejita consentida
Espero estar el día de la despedida
Te lo prometo, pronto voy a regresar
Para realizar mi sueño de volvernos a abrazar
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27 octubre, 2024