La Sonora Matancera

Que Dios bendiga
las dulces horas que pasé contigo
a nadie digas
que por capricho te entregaste a mí

La gente anda diciendo
que mi rumbita está buena
oye cómo suena, oye cómo suena

La rumba tiene algo
que invita a guarachar
si el chachachá alborota la sangre
pero es que nadie comprende

Tu precio pude haberlo pagado
sin tener que entregarte el corazón
tus ansias pude haber saboreado
no sabía que era romance de ocasión

Cuando por ti me pregunten
como siempre diré que estás bien
de mí no sabrán que lo nuestro
lo traicionaste por otro querer

Me extraña
que sin cruzar una palabra
sin un motivo ni una queja
me muestres tu rencor

Una mañana, señor
cuando el camino crucé
allí muy cerca encontré
mi florecilla de amor

Ella es una sombra
que nubla mi frente
cuando sin querer la nombran

Como una rosa perfumada
Maringá
la pastora más hermosa
que murió de tanto amar