Javier Solis

Sin firmar un documento
ni mediar un previo aviso
sin cruzar un juramento
hemos hecho un compromiso

Platicando con la luna y las estrellas
les contaba que te amaba de verdad
y al mirar que mis ojos se nublaron
ellas mismas también querían llorar

Que Dios bendiga
las dulces horas que pasé contigo
a nadie digas
que por capricho te entregaste a mí

Soy un pobre vagabundo
sin hogar y sin fortuna
y no conozco ninguna
de las dichas de este mundo

No te haré mal, mi bien, no te haré nada
no te diré ni adiós cuando me vaya
vagando entre las sombras silenciosamente
llorando mi dolor, me iré para no verte

Bañan tus naranjos las ondas del Júcar
por eso en tus besos hay agua de azúcar
tienes la leyenda de los romanceros
por eso en tus ojos, ojos valencianos

Hace veinticuatro horas que he dejado de quererte
y le doy gracias al cielo de no mirarte más
hace veinticuatro horas yo escuchaba tus palabras
y sabiendo tus mentiras te he vuelto a perdonar

Desde el fondo del abismo que me encuentro
abatido y casi muerto por mis males
con el último aliento de mi vida
yo te pido con ternura que me salves

Cuando te haga falta una ilusión, háblame
cuando sienta frío tu corazón, háblame
que no habrá distancia en todo el mundo que no alcance por ti
ni tendrá un rincón el mar profundo que no encuentre por ti